Wednesday, September 29, 2010

El Estado 49 (V): El cante jondo del Hawai'i

Templo en la isla de Hawai'i. Ilustración de John Webber, el primer artista europeo que pintó Hawai'i (1816)
  
La música que hoy llamamos "hawaiiana" es sólo la música desarrollada desde finales del siglo XIX y fundamentalmente en el siglo XX; y está ya influenciada por la música 'occidental', desde la forma de cantar a los instrumentos: el ukulele o ‘pulga saltarina’ tiene su origen en Portugal; la guitarra viene posiblemente por vía de los ‘paniolos’ o vaqueros y rancheros ‘españolos’, mexicanos en realidad (¡ya en el siglo XVIII el mundo estaba confundido sobre lo que es un español y cuándo aplicar el término!).... Los dos elementos más impepinablemente autóctonos de la música hawaiiana son la steel guitar, invento que sí se origina en las islas y después se extiende mundialmente; y el 'canto' tradicional o mele.
 
La palabra mele significa "canción, canto de cualquier tipo, poema; cantar, recitar". Es el canto hawaiiano autóctono, anterior a la música de ukelele y guitarra, básicamente la música del siglo XIX (la anterior, por no haber sido registrada, es desconocida). Curiosamente, aunque la población de Hawai'i venga mayoritariamente de la Polinesia (en dos oleadas de inmigración entre los siglos IV y XIII, la primera de las Marquesas y la segunda de las Islas de la Sociedad, ambos archipiélagos de la Polinesia Francesa), y aunque todos los instrumentos de percusión sean similares, se da la circunstancia de que lo que es tradicional en Hawai'i (el canto) no lo es en la polinesia francesa (donde lo ‘auténtico’ es la percusión).

El mele es la base fundamental de la música hawaiiana, es la expresión de la religión y la poesía."Poesía" y “oración” son términos equívocos, ya que todo poema y rezo se cantan o recitan (y eso, amigo lector, ese medio cantar medio recitar... eso es exactamente el mele). Había cantos —con esas funciones sociales y religiosas— para todo: para la fertilidad, para los lugares especiales, para las personas especiales, para los dioses, para recordar a los ancestros… En Hawai'i todo era cantar y posiblemente coser: “La gente de entonces rezaba constantemente: por la mañana, al mediodía, por la tarde, en mitad de la noche”. En estos mele, las palabras eran esenciales y el compositor y el intérprete debían tener muchísimo cuidado con su pronunciación y composición. Un dicho hawaiiano reza “en la palabra hay vida, en la palabra hay muerte”. Las palabras contienen mana, digamos ‘fuerza vital’, energía; y esto a los dioses no les gusta que se desperdicie por ahí sin ton ni son. Oigan lo que es un mele con el mana bien puesto:

canta: George Naope

Kealakekua Bay and the Village Kowroaa, John Webber, 1779
Tipos de mele:

Hay muchísimos tipos de mele pero se pueden resumir en dos, como los mandamientos: Mele hula (cantos con alguna instrumentación y hula, es decir, baile) y mele oli (cantos sin baile). Dentro de ambos, hay una infinidad de estilos: cantos para rezar, cantos de nombres (para animales, individuos o lugares), cantos de genealogía (donde suponemos que se recitarían todos los nombres de los antepasados familiares), cantos de amor, lamentos, cantos de profecía, cantos de guerra, cantos de nacimientos, cantos despectivos, cantos de juego… y los que tal vez sean nuestros favoritos: los cantos genitales, donde se alababan los órganos sexuales de una persona. Y dentro de cada uno de estos tipos, otro montón de subtipos. Esta mareante profusión tipos de canto y términos para cada tipo se agrava con el hecho de que había más de un nombre para cada tipo de mele, dependiendo de cada isla, cada pueblo, tal vez de cada familia: “Mi padre a este canto lo llama hula manai. Igual con otra persona es otro nombre,” decía una informadora. 


Características de la poesía, el mele y el hula

Las características básicas de la poesía son la repetición, la asonancia terminal, tersura en las imágenes, y la profusión de kaona (dobles sentidos y dobles significados: así, una lluvia o un aire fresco, que nos suenan inocentes en una canción, normalmente son símbolos para el acto sexual). La repetición es de sonidos y no de palabras. Repetición muy natural dado que el hawaiiano tiene sólo ocho consonantes y cinco vocales (diez si consideramos larga y breve como dos vocales distintas). Las vocales son el 67% de todos los sonidos en el idioma, y la ‘a’ representa el 27% de los sonidos del idioma hawaiiano. La rima y los patrones métricos no abundan en el mele.
El mele se caracteriza por la monotonía (en el sentido original del término, no en su connotación despectiva), por variaciones e inflexiones tonales inferiores a un semitono, y por una gran cantidad de ‘cualidades’ difíciles de medir pero esenciales para los hawaiianos, tales como “entrecorte”, “pronunciación clara”, “reduplicación”, “imitar el llanto”, “tenue”, “boca abierta y vibración”, “temblor”, “énfasis”, “vibración”, “ruptura”, “fantasmalidad”, “ondulación”, “garganta profunda”, voz suave y dulce”, “suspiro”, “autocontrol”, “cloquear”, “trinar”, “tonos del viento de poniente”, “gorjear”, “rugir”… Elizabeth Tatar hizo un análisis interesante del mele en el que sustituyó la notación musical occidental por gráficos como estos:


El hula (danza) fue traído de Tahití junto con el pahu (tambor) por la diosa Laka o La’a. Los bailarines de hula aprendían en escuelas que tenían reglas muy estrictas, “Los bailarines no podían lavarse ni cortarse el pelo o las uñas durante todo el periodo de entrenamiento. El contacto sexual no estaba permitido. Los tipos de vestidos seguían unas ciertas reglas”. El hula dependía enteramente del canto, básicamente el baile es una pantomima del texto del mele en movimientos estilizados.
Pua Hau O Maleka
Canta: George Naope



A Chief on the Sandwich Islands, Webber, óleo, 1787


Breve historia del mele y el hula

No se sabe bien cómo era la música antes de la llegada (1778) y posterior muerte del capitán Cook a manos de los nativos, pues estos antiguos cantos van cediendo terreno ante el empuje de los himeni o himnos religiosos, y en general de la música tonal, occidental, y no autóctona. Es obvio que son la música más puramente hawaiiana que hoy le queda a esta cultura, pero incluso estos mele no se dan ya en un contexto puramente hawaiiano sino en “un contexto ampliamente culturizado que promueve los tipos y estilos musicales de la “música urbana”. Los mele serían en su origen pertenecientes a una sociedad totalmente rural. Así, para la música de la que ha quedado registro se puede hablar de una etapa “no urbana” o primeriza de la música hawaiiana (de 1850 a 1930) y de un periodo urbano (más reciente: 1920-actualidad). 




Casa de Hierba, por Louis Choris, uno de los primeros pintores europeos de Hawai'i


Pero la historia de la música hawaiiana en lo que toca al mele se puede dividir en tres etapas:

1) Música antes de 1820, el año de llegada de los misioneros cristianos (principalmente de Nueva Inglaterra). Un año antes, tras la muerte de Kamehameha I, se había abolido el sistema de kapu o tabúes y prohibiciones de la religión pagana. Kamehameha I fue el primer Rey de Hawai'i (todavía llamadas Islas Sandwich por los europeos), unificó el gobierno de las islas, que antes eran cada una de su padre y de su madre, e inauguró la dinastía real que duraría hasta 1898.  Era muy amigo de la tradición y el kapu, aunque por otra parte erradicó el canibalismo, condenando a un montón de chefs tradicionalistas al desempleo y la marginación.
Los exploradores anteriores a esta fecha hablan de actuaciones a gran escala donde 200 mujeres mantenían “una perfección unísona de voz y movimientos… Era imposible, hasta en el doblarse de un dedo, distinguir la más mínima variación entre ellas. Sus voces eran melodiosas, y sus acciones tan innumerables como, para mí, indescriptibles.” 

El Rey Kamehameha de las Islas Sandwich, por Louis Choris.


2) De 1820 a 1872, el periodo de transición y desarrollo:
Llegan los misioneros e introducen una nueva forma de cantar y de entender la música: el himno. 
“Los himnos, llamados himeni en hawaiiano, jugaron un rol extremadamente importante en el desarrollo de la música contemporánea hawaiiana. El hula —y por tanto el mele— era mal visto por los religiosos y finalmente fue prohibido por ley en 1830 bajo la reina regente Ka’ahumanu. Así, las tonadas de himnos y después de gospel se convirtieron en los únicos medios de expresión disponibles para muchos hawaiianos, especialmente en los centros misioneros de Honolulu y Lahaina. No obstante, durante el tiempo de Kamehameha II (los 1840) el hula tuvo un breve resurgir. Kamehameha IV, que reinó de 1854 a 1870, también revivió el hula y el canto mediante el mantenimiento sin tapujos (o sea, pasando olímpicamente de la opinión de los misioneros), de músicos y bailarines de corte. Con todo, por el influjo constante de instrumentos musicales occidentales (piano, acordeón, guitarra, etc) y las canciones litúrgicas y seculares, junto a la decreciente popularidad de las exigentes escuelas de hula, el canto tradicional empezó a declinar. Por otra parte, ciertos tipos de hula empezaron a ser más y más populares. Así, muchos cantos y bailes aprendidos y representados durante la era del kapu se retuvieron sin ese componente sagrado como un baile del nuevo tipo [o sea, cambiando de color y mimetizándose con el entorno para sobrevivir]. Estableciendo el concepto de un hula “libre”, los hawaiianos se aseguraron la persistencia de una tradición que podría de otra forma haberse perdido como resultado de la abolición del sistema del kapu y la naturaleza restrictiva de las enseñanzas de los misioneros.”
Cabe pues ver en el mele una resistencia a los elementos occidentalizantes (tanto la religión como el estilo de vida e incluso la música). 

Interior de la casa de un jefe, Louis Choris.

Si lo desean, tomen  aire y recuerden este bello canto de Johnny Almeida que ya les trajimos en otra entrada:


Canta: Johnny Almeida



3) De 1872 a 1915, el periodo en que se consolidaron las influencias tanto europeas como tradicionales en un estilo propio. Hay dos figuras clave: el maestro de orquesta alemán Heinrich Berger, que llega a Hawai’i a petición del gobierno de la isla para ponerse al frente de la Royal Hawaiian Band (ocupará la posición de maestro de la orquesta durante cerca de 40 años, orquesta que es por cierto la banda municipal más antigua de los Estados Unidos y a día de hoy la única que funciona a tiempo completo); y el Rey David Kalakaua, (en hawaiiano, Kawika Kalakaua), que reina de 1874 a 1891, es llamado el “rey alegre” y es un hombre del renacimiento y mecenas de las artes. 
Kalakaua insiste en ‘perpetuar y preservar’ la música y el baile tradicional de Hawai’i. Es el primer monarca de cualquier país, en la historia, en hacer un viaje alrededor del mundo, en 1881.  Además de patrón de las artes, es músico y compositor, su instrumento favorito es el ukulele y es responsable directo de su popularización. Mantiene una sana competición de composición de canciones con sus hermanos: el príncipe William Lleiohoku —que murió con 23 años pero es el autor original del famoso Hawaiian War Chant, que en su versión habla del encuentro de dos amantes—, la princesa Likelike y la futura Reina Lili’uokalani —última reina de Hawai’i, coronada en 1891 y depuesta en 1893—. Los cuatro son destacados compositores, aunque la más famosa es Lili’uokalani, que escribió la celebérrima “Aloha ‘Oe” y un mínimo de otras 150 canciones.  Este es el periodo en que se consolida la música hawaiiana como la vamos a conocer en el futuro, con ukuleles, guitarras ‘slack-key’ y steel guitars. Aquí tienen a los cuatro (de un espléndido total de quince) hermanos:

La reina Lili’uokalani, la última reina de Hawai'i.
El "Rey Alegre", Kawika (David) Kalakaua
La Princesa Likelike
El Príncipe William Pitt Leleiohoku II

El nombre "David" en hawaiiano era Kawika, y así tenemos el siguiente mele inoa (canto personal) dedicado a su figura:


Kawika 
Canta: Emma K. Bishop


Kawika 
Canta: Anna K. Hall



Para cuando Helen Roberts llegó a Hawai’i con sus cilindros Edison y 5.000 dólares de beca, la influencia americana ya era predominante y el urbanismo era evidente en lugares como Honolulu; se habían pasado ya fiebres ragtime y jazz, y el hula y el mele tradicionales eran cada vez más marginales. Pero Roberts fue capaz de grabar los últimos exponentes de los estilos de canto tradicionales aprendidos de los maestros de mediados del siglo XIX.

La conservación de los mele

El legado sonoro de la música hawaiiana tradicional (del siglo XIX) está conservado en únicamente dos colecciones importantes. La primera es la llamada “Colección Helen Roberts.” La antropóloga y musicóloga Helen Roberts viajó a Hawaii en 1923 y 1924 auspiciada por una comisión de asuntos culturales hawaiiana y, aun sin saber el idioma, fue capaz de amasar una importante colección de cantos, que registró en cilindros Edison de las voces de los ancianos de las tres islas principales: O’ahu, Kaua’i y Hawai’i.  Roberts realizó una labor milagrosa porque llegó en un momento en que aún quedaban personas vivas que conocían esas músicas paganas que al Hawai'i moderno y religioso ya no le interesaban mucho y de las que los jóvenes ya iban pasando ampliamente. Además el Museo Bishop de Honolulu publicó el resultado de sus investigaciones: 250 cantos quedaron escritos (según la notación musical occidental, que no es del todo adecuada para registrar los matices e inflexiones del canto hawaiiano y cualidades como el cambio de menos de un semitono o el vibrato en la voz) para la posteridad; 58 cilindros (la mitad duplicados, más de dos horas de material en total) fueron grabados en el primer viaje, y unos meses después hizo otro viaje más. A finales de los años 60 estos frágiles cilindros de cera fueron transportados desde Honolulu al Laboratorio de Re-Grabación Edison de la Universidad de Syracuse, NY, allí fueron regrabados a principios de los 70; y ahora mismo se conservan copias en el Museo Bishop (donde la colección ha estado accesible desde sus inicios con el lógico impacto sobre la comunidad musical de las islas) y en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Curiosamente, con la excepción de algunas canciones (podrán verlo en el disco que les recomendamos abajo), la colección permanece comercialmente inédita. 

Algo similar pasa con la “Colección Kuluwaimaka”, grabada en cilindros Dictaphone a principios de los años 30 por Emory y Kelsey; y que tiene la diferencia principal de estar centrada en un solo hombre: el maestro de canto James Palea Kapihenui Kuluwaimaka, antiguo cantante de la corte del rey Kalakaua (¡voz que llega hasta nuestros días y empezó a cantar casi a mediados del siglo XIX!), el cantante más famoso y respetado de su época y posiblemente el más importante en la historia grabada del mele, y monumento viviente de toda una era a punto de desaparecer. Se grabaron 33 discos (cilindros) que según sus recopiladores equivalían a “125 cilindros Edison”. En el disco recomendado abajo podrán encontrar una canción del maestro; pero de nuevo, el grueso de este legado no ha sido editado comercialmente, si bien la colección fue igualmente enviada por el Museo Bishop a la Universidad de Syracuse en 1972 para su re-grabación y se conservan copias en los mismos lugares. (Si quieren oír a Kuluwaimaka, sigan los enlaces del disco recomendado al final de esta entrada)
James Palea Kapihenui Kuluwaimaka
Foto: Baker - Van Dyke Collection
Tenemos un detective a sueldo investigando el rastro de los cilindros enviados a Syracuse por ver si existe una tercera copia en dicha universidad, simplemente con el fin de tenerlos a ustedes bien informados. De momento, nuestro hombre ha reportado lo siguiente:
“En los pasillos de la Universidad se pierde la pista del  antiguo Instituto Edison y nadie sabe nada de qué misteriosos arcanos se guardan en salas cerradas con llave, edificios abandonados de los que en el Directorio de la Universidad nadie puede dar razón, cámaras y salas subterráneas excavadas en la piedra primigenia y que no figuran en ningún plano contemporáneo… Algunos bibliotecarios se muestran solícitos pero dudan de la existencia de las colecciones de Edison, otros emiten guturales sonidos de desprecio y conminan al visitante a que olvide “esos cuentos de viejos bibliotecarios seniles y medio locos”… En la fraternidad Eta Ypsilon Lambda Alpha hablan de sonidos misteriosos que en la noche despiertan a los estudiantes, cantos del más allá que intentan buscar nuevas gargantas… Se habla de collares de lei que aparecen y desaparecen de las perchas… De ukuleles espectrales aparecidos entre los edificios en la oscuridad… Horrendos falsetes al borde del ultrasonido; fluctuantes, unduosos y líquidos vaivenes de slide guitar que salen de habitaciones desiertas… mujeres casi desnudas entre los árboles, que bailan y mueven las manos incitando a estudiantes que tienen que atarse al palo de la bandera que preside el campus… Gramófonos que suenan por la noche entre los estantes de la biblioteca, allí donde nunca hubo un gramófono… Plazas de garaje que permanecen desocupadas desde 1969… Misterios insondables que los estudiantes cuentan cuando han tomado unas 10 o 12 cervezas de más, pero que negarán al llegar el día…”
 Ah, la Biblioteca del Congreso les puede hacer una grabación de sus copias de los cilindros, si tienen interés. Por unos módicos 100 dólares la hora de grabación + material + tiempo de preparación del equipo. Y hay unas cuantas horas de material. Si se deciden, hagan el favor de mandarnos una copia.

Au A' Ia
Canta: George Naope

El maestro Kuluwaimaka (fuente: "Nineteenth Century Hawaiian Chant" de Elizabeth Tatar)
En el disco que les recomendamos hoy encontrarán a dos cantaores míticos: el mencionado James Palea Kapihenui Kuluwaimaka (1845-1936), cuyo nombre significa “lágrimas” y que cantó en la corte de Kamehameha IV y su consorte la Reina Emma y después en la del Rey Kalakaua, se casó tres veces con bailarinas de hula y ha quedado como uno de los cantantes más famosos de la historia de Hawai’i; y Sam Pua Ha'aheo (1896-1953), un devoto mormón que vivió en el entorno bucólico del Hawai’i que el mundo idealiza: un pueblito al lado del mar, una casa dedicada a la pesca… 
Bailarines. Fuente: Hawaiian Music and Musicians.


Canta: George Naope




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EDICIÓN (18 de octubre): El amigo Northrop Frye nos apunta en la Anatomía de la Crítica que ta mele es el nombre que los griegos daban a la poesía lírica, que suele traducirse por "poemas para ser cantados". No sabemos a ciencia cierta ni incierta si es una increíble coincidencia o si esto indica un origen occidental del nombre. Roberts da una cita de otro investigador en que se define el mele hawaiiano como 'canción' o palabras que pueden ser cantadas y el investigador pasa inmediatamente a comparar el mele con la poesía griega y la poesía inglesa. Nos parece por tanto que la palabra debe ser necesariamente hawaiiana, pues cuando hay la mayor oportunidad de mencionar lo contrario, que sería desde luego digno de mención, ni Roberts ni su fuente lo hacen. Pero entonces resulta curioso que nadie advierta esta maravillosa identidad en el nombre en dos culturas completamente separadas.
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Para oír otros mele, incluídas las voces de Kuluwaimaka y Pua Ha'aeho : 
Disco que si gustan pueden comprar aquí (Folkways depende de la institución Smithsonian y no tiene ánimo de lucro):

Fuentes:

-        Kanahele, George (editor) Hawaiian Music and Musicians
-        Roberts, Helen. Ancient Hawaiian Music
-        Tatar, Elizabeth Nineteenth Century Hawaiian Chant


Monday, September 27, 2010

El Estado 49 (IV): Falsetes (III): Olvidos (II)


Dos canciones que se quedaron en el limbo y no entraron en la entrega anterior, con un impoluto sonido a 78rpm:

Emma Bishop: Kahoolawe
Agnes Malabey: Honaunau Paka




(fotografía tomada del libro Hawaiian Music and Musicians, editado por George S. Kanahele)

Thursday, September 16, 2010

El Estado 49 (III): Falsetes (II)






ADVERTENCIA: Algunos (pocos) de estos discos ¡suenan perfectamente y sin ruido de fondo! Tómenselo con calma antes de escucharlos, no vayan a explotar de gozo.




En el capítulo anterior hablamos de grandes hombres falsetistas, aunque acabáramos con una mujer. Aprovechando ese hilo, hoy toca hablar de mujeres falsetistas, que también se las traen.
No obstante, en el caso de las mujeres se discute el uso del término ‘falsete’ y, según nuestra guía turística, se puede hablar en su lugar de ‘head voice’ (es que la guía está en inglés, así que propongan su nombre o elijan: “¿voz de cabeza?" o prefieren "¿testavoz?”).

Les traemos hoy a varias mujeres que practicaban este estilo de canto. Empezamos por la superestrella Genoa Keawe, de quien no hace falta trazar una biografía. Baste decir que “Auntie” Genoa triunfó por medio mundo y llegó a fundar su propia discográfica. Vamos a escucharla alternando el falsete con su registro natural, interpretando famosas canciones de célebres compositores como John Almeida, Augie Goupil, Johnny Noble y las maestras Irmgard Farden Aluli y Mary Kawena Pukui (autoridades absolutas en la música y la poesía hawaiianas, Mary tiene incluso un diccionario de hawaiiano-inglés). Recuerden que ya tuvimos a Genoa haciendo una versión maravillosa del “Keyhole Hula” de Lena Machado en nuestra anterior entrega. Recuerden también que su talento fue descubierto por Johnny Almeida y que empezó su carrera con él, por lo que intuímos que éstas tienen el valor extra de ser algunas de sus primeras grabaciones. Por tanto, no se asusten si Almeida vuelve a aparecer por aquí. Aquí tenemos a la “tíeta” Genoa Keawe, y precisamente en una de las canciones la acompaña una voz masculina que nosotros diríamos que es la del propio Almeida:


Kila Kila O Haleakala
Ka Anoi Hula




La técnica del falsete femenino es mucho más fácil que la del masculino, y se puede hacer en casa sin necesidad de profesor. Les vamos a explicar brevemente sus mecanismos para que puedan ustedes falsetear y yodelear a placer. Consiste en lo siguiente:

- Un tonificador revibratizante de las cuerdas vocales (ver receta).
- Ejercicios de canto (ver ejercicios)


Afortunadamente tanto la receta como los ejercicios son tremendamente sencillos. Oigan cómo cantarán ustedes, oigan: Como la mismísima Genoa.

Stevedore Hula
Hanauma





Empecemos por la receta del fabuloso, milagroso, fantacientífico, patafísico, legendario, inverosímil, eximio, óptimo, descollante y meritorio
Tonificador revibratizante de las cuerdas vocales (para mujeres):

Ingredientes:
-2 dientes de ajo
-2 dientes de león
-2 dientes de leche
-2 dientes de cocodrilo o, si fuera difícil conseguirlos, 2 de yak.
-1 cucharada de ala de mosca. No de la que pueden estar pensando, sino de verdadero díptero, mejor si es tse-tsé (adormece las cuerdas vocales, facilitando el falsetse), pero si no, psé.
-2 tazas.
-¼ de cucharada de extracto de glándula pineal. La mayoría de herbolarios tienen este producto, pero si no lo encuentra, puede acercarse por un cementerio cuando oiga doblar las campanas. Si ve que está demasiado vigilado, puede sustituírlo por una cucharada de cilantro, ya que en realidad es sólo para dar sabor.
-2 celemines de harina.
Una pizca de nuez moscada.
-2 raíces de mandrágora.
-2 cabezas de cebolleta
-2 cabezas de ratón
-2 colas de león
-2 cabezas de murciélago macho (comprobar sexualidad aplicando un suave masaje con el índice en la zona lumbar: si enrojecen las orejas, es macho).
-Medio escarabajo pelotero virgen (el otro medio puede congelarse y añadirse luego a un consomé).
-1 bigote de gato arrancado a la luz de la luna menguante, si el gato es macho, o creciente, si es hembra. Si el gato resiste, se le puede aplicar un tantarantán. Si desconocemos las fases de la luna, podemos esperar a que esté llena y simplemente contar 604.800 segundos desde ese momento. No hay que ser estrictos: no pasa nada por diez o doce segundos arriba o abajo.

Preparación:
Disponga todos los dientes de ajo y de león sobre una sartén engrasada en un hornillo a fuego medio. Algunos cantantes prefieren que las raíces queden hacia arriba, otros dicen que lo importante es la ausencia de caries y sarro. Es más que nada una cuestión estética. Cuando estén doraditos, eche el resto de ingredientes gradualmente y vaya mezclando. Cuidado con echar el ala de mosca demasiado rápido, pues podría volar. Manténgalo a fuego lento de una a dos semanas. La mezcla irá cogiendo un apetitoso color gris. Cuando el gris sea semejante al reflejo del océano bajo un cielo nublado (pero no parcialmente nublado o podría cortarse el tonificador y nos saldría un falsete barítono extremadamente inapropiado), retírela del fuego. Adorne con un par de pétalos de margarita o con unas gotas de su perfume favorito (excepto Chanel 5, que deja un regusto demasiado alto en taninos).
Deje enfriar y reposar durante un año o un año y medio. Tenga cuidado en cualquier caso de no pasarse de 600 días o todo habrá caducado.
Aproveche el tiempo de espera para hacer los ejercicios de canto, llamar a las autoridades competentes, retomar el contacto con su familia, despedirse de sus seres queridos (como simple medida de precaución), aprender a tocar ese instrumento con el que siempre soñó.

Pasado este tiempo, unte la mezcla sobre su pan preferido. Es recomendable poner cualquier otra cosa por encima para disimular el sabor (por ejemplo: mantequilla, chorizo, café, o una proporcionada mezcla de los tres). Mastique despacio mientras tararea sus canciones hawaiianas favoritas (cuidado con atragantarse: si es posible, evítelo). Tome de una a dos rebanadas por día, separadas por un mínimo de 5 horas y dos extremaunciones. Cuando la mezcla esté terminada, usted podrá cantar en un sorprendente falsete. ¡Aloha!



Genoa utilizó este tonificador con los resultados visibles:

Marcelle Vahini (Augie Goupil)
Wailana





Pero ustedes se preguntan una cosa, por supuesto: ¿Qué pasa si es un hombre quien prueba este mejunje?

Existen diversas teorías sobre qué ocurriría en tal eventualidad (no se conocen casos, bien por falta de intentos, bien por falta de supervivientes).
- La escuela de canto de Manoa piensa que simplemente no ocurre nada, el tonificador pierde toda su potencia.
- El Maestro de canto Mr. Mele Oli opina que el tonificador no es lo único que pierde toda su potencia. Hay que añadir que el Maestro no tiene hijos, aunque siempre ha negado haber probado el tonificador.
- Musicólogos de la Universidad de Aleiikatonic postulan que o bien el hombre moriría entre horrísonos espasmos y blasfemias; o conseguiría el secreto de la eterna juventud. La Universidad lleva años tratando de reclutar voluntarios para hacer pruebas de campo, sin éxito.
- John K. A., que según sus tataranietos cuenta unos 149 años, siempre ha negado la segunda posibilidad de la teoría de Aleiikatonic.





Mientras deja reposar el tonificador, es un buen momento para empezar los ejercicios bucales para cantar en falsete. En sólo dos meses y cinco cómodos plazos (o cuatro cómodos y uno ligeramente incómodo, depende del plan que elija) podrá usted cantar así, como Genoa canta en estas canciones:

Nani Mokihana (Nani es "hermoso/bonito", Mokihana es un lugar en la isla de Kauai.)
Nani Waialeale (Waialeale es un volcán en Kauai)
Nani Wale Na Hala

Nani wale na hala, ea ea
O naue i ke kai, ea, ea

Ke oni ha ela, ea, ea
Pili mai haena, ea, ea

Ena aku na maka, ea, ea
Ona manu i ka pua, ea, ea

A 'ike i ka lehua
Miki 'ala i laila

Nani wale kanahele, ea, ea
I pu ia ike ala, ea, ea

Ha'ina ka inoa, ea, ea.
'O Kaleleonalani ea, ea

Son tan bonitos los hala
De naue junto al mar

Ahí moviéndose
En haena

Ojos fieros
Pájaros sobre las flores
Mira las lehua
Mira bien este lugar

El bosque es hermoso
Empapado de fragancia

Cuenta el refrán
El vuelo de la gente Real






EJERCICIOS PARA CANTAR EN FALSETE:


Ejercicio 1:
Hinche con la boca un globo (no empiece por un dirigible ni un zepelín, primero use globos de cumpleaños o incluso esos sempiternos profilácticos caducados, ya habrá tiempo de pasar a metas mayores). Sujetando la apertura con dos dedos, déjelo desinflarse. Escuche atentamente el sonido y trate de imitarlo. Las primeras veces, para hacerlo más fácil, puede soltar el aire directamente en su boca, logrando un falsete perfecto pero temporal con el que orientarse. Si opta por esta opción, no llene el globo de helio. Este ejercicio es bueno para la respiración y para adquisición del tono adecuado. También para el mal de ojo, pero eso no nos incumbe por ahora.

Este ejercicio lo utilizó la gran Alice Johnson, mujer de increíble falsete, aquí con su Troupe y con una composición propia:


Alice Johnson and Her Troupe - Kaulana Molokai





Ejercicio 2:
Con un calzado adecuado (zapatillas de deporte pueden valer) dése repetidos golpes en la tráquea, emitiendo un grito inmediatamente después. Si no consigue gritar, dése más fuerte. Si se pone morado, dése más flojo. Si la zapatilla se rompe, tiene usted otra. Si se rompen las dos, no vuelva a comprar esa marca. Repita cada 5 segundos durante dos horas y media de seis a siete veces por día durante cuatro semanas o el tiempo que tarde en gastarse el tacón. Este ejercicio tonifica y relaja las cuerdas vocales, fundamentalmente al finalizar.


Ejercicio 3: Dos veces por día, ayude a una anciana a cruzar la calle. Este ejercicio no está vinculado con el falsete, pero siempre es de agradecer.

La gran Agnes Malabey, que por cierto tiene un disco fabuloso llamado “Sunset at Makaha”, siempre ayudaba a su madre a cruzar la calle y consiguió esta voz:

Agnes Malabey - Mi Nei
(la segunda voz es la de Almeida, quien como ya saben tampoco era manco en el falsete, que aquí se oye en algunos momentos)



Ejercicio 4: Hágase con un telentín teledirigido. Enchúfelo a la salida del USB o, si no tiene ordenador, conecte el positivador (rojo) a la bisagra superior de la puerta de entrada (pero no de salida, o entrará en combustión espontánea). Sujete el microactivador (azul) entre las palmas de sus manos. Si su modelo no tiene microactivador, espere al lunes y entonces use un simple tenedor de punta fina. Dispuesto todo el equipo, salte 3 veces girando sobre su propio eje en sentido dextrógiro y pronunciando las palabras “Mele Hula” en compás de 2/4. Repita la operación en sentido levógiro, aspirando las palabras. Desconecte el positivador. Cámbiele el pañal al niño. Si no se dispone de niño y no hay tiempo de ir a por el de un vecino (esto ha de hacerse en los 27 segundos siguientes a la desconexión del microactivador) olvide este paso (es más una cuestión de decoro). Compruebe que la luz de salida del telentín está parpadeando. El parpadeo debería ser azul/amarillo/azul cada 3,54 segundos aproximadamente (con un margen de error de +/-2 centésimas). Si está parpadeando, empiece a cantar. Si no parpadea, deshágase del telentín inmediatamente antes de su autodestrucción (indicada por una explosión). Este ejercicio es bueno para adquirir flexibilidad y un sonido nítido y puro en las cavidades bucales. Pregúntenle si no a Mabel Kekino:

Mabel Kekino with The “K” Sisters - Pua Mana





Para alcanzar los más altos y sublimes matices del canto en falsete, lo ideal es combinar los 4 ejercicios y la ingesta del tonificador. En sólo dos o tres años usted tendrá un falsete femenino perfecto, como los mostrados arriba o como el de Genoa Keawe, a quien volvemos a llamar para despedirnos:


Nawiliwili
Po La’i La’i








Thursday, September 9, 2010

(Interludio: 5 canciones)




Hoy, 9 de septiembre, nuestra vecina Adelaide Crapsey (1878-1914) habría cumplido 132 años. Desgraciadamente apenas vivió 35 antes de que la tuberculosis acabara con ella.

En su corta vida le dio tiempo a inventar una nueva forma poética: el cinquain (¿podemos llamarlo 'cinquillo'? ¿'quintina'? Voten su favorito o propongan otro nombre). Pero no le dio tiempo a ver publicados sus poemas.
Es una estructura sencilla pero muy sugerente, deudora de la poesía japonesa (el haiku y el tanka) no sólo en el estilo breve sino en el contenido que superpone una idea de algo eterno o duradero a la de algo breve y fugaz. Formalmente, es acentual, no silábica (se cuentan los acentos, no las sílabas), y la estructura es simple e interesante con ese 'corte' final:

Primera línea, un acento.
Segunda línea, dos acentos.
Tercera línea, tres acentos.
Cuarta línea, cuatro acentos.
Quinta línea, un acento.



Aquí van cinco cinquillos/quintinas de Crapsey que pueden escuchar como brevísimas canciones, musicadas por George Antheil, en esta página (Pt III):
http://www.archive.org/details/AM_1970_11_20
Son las 5 primeras canciones de la Parte III. Aquí tienen los poemas correspondientes y en orden (la puntuación es algo rara pero así le gustaba a ella) para que puedan oír y leer a la vez:

November Night

Listen. .
With faint dry sound,
Like steps of passing ghosts,
The leaves, frost-crisp'd, break from the trees
And fall.


Noche de noviembre

Oye. .
Sonido seco,
Suave, como pasos de fantasmas
De paso, las hojas heladas del árbol
Cayendo.


Triad

These be
Three silent things:
The falling snow..the hour
Before the dawn..the mouth of one
Just dead.


Tríada

Estas
Son tres cosas
Mudas: la nieve al caer..
La hora antes del alba.. la boca
De un muerto.



Suzanna and the Elders

"Why do
You thus devise
Evil against her?" "For that
She is beautiful, delicate:
Therefore."

Susana y los Mayores

"¿Por qué
Conspiráis maldades
Contra ella?" "Porque
Es bella y delicada, he ahí
Porqué."



Fate Defied

As it
Were tissue of silver
I'll wear, O Fate, thy grey,
And go mistily radiant, clad
Like the moon.


Desafío al destino

Como
Tela de plata
Vestiré tu gris, Destino,
E iré radiante en bruma, igual a
La luna.


(parece que el gris era el color favorito de Adelaide: sus colegas y amigos la recuerdan siempre vestida de gris de la cabeza a los pies, "zapatos grises, vestidos grises, capas grises")


The Warning

Just now,
Out of the strange
Still dusk.. as strange, as stil..
A white moth flew. Why am I grown
So cold?

Advertencia

Vuela,
Del extraño y quieto
Ocaso..tan extraña, tan quieta..
Una polilla blanca. ¿Qué me volvió
Tan fría?




Otros cinquains interesantes:



Laurel In The Berkshires

Sea-foam
And coral! Oh, I'll
Climb the great pasture rocks
And dream me mermaid in the sun's
Gold flood.


Niagara
Seen on a Night in November


How frail
Above the bulk
Of crashing water hangs,
Autumnal, evanescent, wan,
The moon.


Roma Aeterna

The sun
Is warm to-day,
O Romulus, and on
Thine olden Palatine the birds
Still sing.


Saying of Il Haboul
Guardian of the Treasure of Solomon and Keeper of the Prophet's Armour


My tent
A vapour that
The wind dispels and but
As dust before the wind am I
Myself.


... Y para terminar, una cuarteta de consolación a aquellos de ustedes que se preocupen por el dinero:

Expenses

Little my lacking fortunes show
For this to eat and that to wear;
Yet laughing, Soul, and gaily go!
And obol pays the Stygian fare.

Aquí pueden encontrar todos sus poemas, que no son muchos.



Adelaide está enterrada junto a la mayoría de su familia: Padre, madre y algunos de sus 8 hermanos y hermanas.



Su padre, el reverendo Algernon Sidney Crapsey, fue un pastor episcopal que sufrió un juicio eclesiástico por herejía (alrededor de 1905) debido a que tras un viaje a Inglaterra notó que

"Jamás hubo hombre más triste que yo cuando las vendas clericales cayeron de mis ojos y vi el mundo exactamente como es, un mundo de pecado, enfermedad, tristeza y muerte; un mundo de guerra, pestilencia y hambruna, exactamente como era antes de que Jesús muriera; exactamente como será hasta que los hombres dejen de adorar a Jesús como un Dios y empiecen a preocuparse y cuidar unos de otros como Él se preocupó y cuidó de los pecadores, los enfermos y los apesarumbrados mientras Él aún estaba vivo."


Aquello ya sonaba un poco inaceptable, pero una serie de sermones desde su púlpito sobre "religión y política" atacaban la 'comercialización' de la iglesia y la ciudad, y el acabóse empezó cuando atacó a los clérigos contemporáneos por no aceptar el conocimiento científico y armonizar con él las Escrituras: denunció, por ejemplo, lo increíble del misterio de la Inmaculada Concepción, o sea, el que una virgen diera a luz. Fue procesado por herejía y obligado a renunciar a su púlpito. En el juicio uno de sus ayudantes, que luego se supo que había solicitado el puesto que Algernon ocupaba (no era por tanto la fuente más imparcial), dijo que una determinada noche su maestro había dicho que Jesús había nacido de padres de clase media y que la doctrina de la Iglesia que le negaba esa esfera, la esfera de su humanidad, era el gran desastre de su cristiandad.

Tras ser depuesto, siguió activo como organizador de su comunidad, por ejemplo asegurando que si había parcelas de tierra desocupadas o no aprovechadas en verano, se plantaran allí jardines colectivos de los que las familias necesitadas sacarían frutas y verduras.



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Una fotografía está sacada de esta página. Karen Akalay-Gut parece ser una de las mayores autoridades en la vida y obra de Adelaide. Ahí también pueden encontrar todos sus poemas.

Tuesday, September 7, 2010

El Estado 49 (II): Falsetes (I)

Repetimos ADVERTENCIA: estos discos suenan con un distinguible ruido de fondo. Creemos que los tesoros que contienen justifican la escucha, pero les presentamos nuestras disculpas de antemano.
También pueden verlo por el lado positivo: Hoy todo el mundo quiere volver al vinilo y gozar de la pátina de autenticidad que da ese sonido añejo y vintage. Pues aquí lo pueden disfrutar ustedes sin necesidad de tocadiscos. Aún hay más: si son ustedes pinchas (o diyeis) pueden quedar como reyes de lo auténtico y lo original haciendo como que ponen un singol y sacándose estas canciones del cederrón o el aipod. Todos mirarán hacia la cabina con envidia y deseo lúbrico y lascivo. Especialmente a partir de los 70 años (del público, no de usted pinchando). Es una garantía santabárbarabendita™, mano de santa.



Posible idealización de la situación anterior: cómo le mirarán cuando usted escuche estas canciones.


Amén de steel guitars, de bailarinas de hulas, de ukuleles, de ‘uli‘ulis, ka‘eke‘ekes e ipus, si algo hay en la música de Hawaii es falsetes.


(Esto que tocan estos señores es un Ipu, el instrumento de percusión más común)

El falsete es una institución del canto hawaiiano. La mayoría de los cantantes más famosos son tremendos falsetistas. No se sabe bién cuándo empezó esta locura falsetista. No se sabe con seguridad que haya falsete en los mele (cantos) primitivos, aunque se teoriza que en los cantos que precisaban de voces masculinas y femeninas podría haberse usado el falsete para imitar la voz femenina. Se habla de posibles influencias rusas, españolas… En todo caso se sabe que la fiebre empezó a finales del siglo XIX. Henry Berger, el alemán que dirigía la Royal Hawaiian Band, enseñaba yodel a sus cantantes. Hacia 1890 el falsete con yodel era ya muy popular. El falsete hawaiiano —a diferencia del ‘occidental’ que trata de suavizar el cambio de registro— potencia la ‘ruptura’ entre el registro normal y la voz en falsete, exagerando ese momento de ruptura. También se enfatiza el yodel, que gusta un horror. Tan importante es el falsete que la mayoría de instrumentos que han triunfado en la música hawaiiana (la steel guitar es un caso claro) lo han hecho porque son el acompañamiento perfecto para imitar las subidas y bajadas de la voz hawaiiana.

En la anterior entrada ya pudieron oír el falsete de Joe Keawe. El propio John Almeida tenía un legendario falsete que hacía a las audiencias enloquecer y tirarle dinero al escenario. Pero desgraciadamente entre nuestros archivos no hay un Almeida con falsete. A pesar de esto, hoy volverán a encontrarse con él.

Para esta entrega les traemos a tres titanes del género. Aquí tienen a dos:

Molokai
Naka Pueo



Ahora, sin hacer trampas, dígannos, ¿cantan hombres o mujeres? Marquen su respuesta:

[__] Cantan dos hombres.
[__] Cantan dos mujeres.
[__] Cantan dos hombres, de unos 30 años, rubio el primero y moreno el segundo.
[__] Cantan una mujer con tendencia al sobrepeso y un varón de quince años.
[__] Cantan dos castratti.









La respuesta correcta es que cantan dos hombres: El propio Joe Keawe y John Piilani Watkins. Aquí tienen la prueba:




Hoy les vamos a hablar brevemente de estos dos falsetistas cuyas carreras se desarrollan de mediados del siglo XX en adelante. También les hablaremos de “El ruiseñor hawaiiano”, Lena Machado.

Escuchen, escúchenlos de nuevo:

Papalina Lahilahi (Your Caressable Cheeks)
Nana Kuli




Tanto Joe como John se forman en el ‘nido’ de Almeida en 49th State Records. Ya dijimos que el ciego maravilloso fue un descubridor de tomo y lomo. Joe empezó su carrera en 1945 y ante todo fue cantante. Por cierto, efectivamente está relacionado con la simpar Genoa Keawe, al ser pariente del marido de Genoa. Esto es todo lo que sabemos de él. Aquí tienen otra vez su voz en una composición de Johnny Noble:

Kukuna Oka La



John Piilani (o Pi’ilani) Watkins fue muchas cosas más que cantante: bailarín, profesor, compositor, cantaor (de cantos antiguos o meles), coreógrafo, etc. En 1955 se llevó a 48 bailarines a Nueva York, a Broadway. Giró por Japón (donde la música hawaiiana siempre ha tenido mucho público) y otros lugares de Asia. Se le recuerda especialmente como Kumu Hula (“Maestro y Profesor de Hula”). Murió a los 54 años, en 1983. Escribió muchas hulas que aún son populares y grabadas por nuevos artistas. Una de las más famosas es el "Hana Chant":

Hana Chant




Pero las preguntas que todos ustedes se hacen son: “¿Cómo llegan dos señores a tener esta voz? ¿Qué puedo hacer yo para cantar así?”

La respuesta que nosotros aventuramos, sin ninguna base en la realidad conocida, es que ambos aprendieron de la inimitable Lena Machado, el “ruiseñor de Hawaii”.



Lena Machado (1903-1974) fue una maravillosa cantante y compositora cuyo falsete-soprano es legendario (aunque en las mujeres se discute el término falsete y algunos prefieren llamarlo ‘head voice’, que no tenemos ni idea de cómo traducir, ¿‘voz cabezona’? ¿’testavoz’?). Su reinado se extendió principalmente entre los años 30 y 40. Ella no aprendió a cantar con ningún maestro (les revelaremos cómo en unos instantes). Su influencia llega hasta el final del siglo pasado gracias a numerosos/as cantantes que siguen su estilo. Cantó en Nueva York, Chicago, la Exposición Mundial de San Francisco donde recibió un premio de honor a la artista más popular de la feria, Asia, todo el Pacífico… Era popular entre los soldados, ya que durante la Segunda Guerra Mundial su show de radio se emitía por todo el mundo a las tropas americanas, y viajó a varias bases para entretener a las tropas.

Les dejamos al final de esta entrada un maravilloso recopilatorio de sonido impoluto con el que podrán conocer mejor al “ruiseñor hawaiiano”. Entretanto, aquí tienen 3 celebérrimas canciones compuestas por ella, en las voces de Joe Keawe, George Naope y Genoa Keawe:


Holo Waapa

Hupe Kole
Kauoha Mai (The Keyhole Hula)






Lena Machado venía, opinamos nosotros, de España, de la misma familia de Antonio y Manuel, pero de la rama aventurera. Pero lo que nos interesa es su rol de profesora de canto, rol que adoptó tras la guerra. Porque nosotros creemos que ella fue quien enseñó a cantar a Joe Keawe y a John Watkins, y que la cosa fue más o menos así:


Dice la leyenda que cuando Joe decidió ser cantante, fue a buscar a la mejor maestra de las islas: Lena Machado. Se contaban historias míticas sobre su escuela de canto, situada en algún lugar remoto e ignoto de la falda del volcán Mauna Loa en la Gran Isla de Hawaii. Joe se dirigió hacia allí y tras meses de búsqueda logró dar un día con el lugar donde vivía la Gran Maestra. El volcán humeaba ligeramente, creando las únicas nubes en un día soleado y caluroso.

-“¿Quién eres y qué buscas aquí?”
-“Soy Joe Keawe y he venido para aprender los secretos del falsete.”
-“¿Tarifa estándar o reducida?”
-“Reducida. Tengo unos cupones del Supermercado de Honolulu.”
-“Necesitaré doscientos leis (collares de flores)…”
-“Los tengo aquí.”
-“Cinco caracolas para hacer 'pu'...”
-“Aquí están.”
-“Dos botellas de orujo…”
-“¡Nunca salgo de casa sin tres!”
-“Un par de vales descuento para ver a la Royal Hawaiian Band…”
-“¿De palco o general?”
-“Si has de preguntarlo, no eres digno de mi enseñanza.”
-“Por supuesto... Casualmente tengo dos aquí en el calcetín.”
-“Un millar de dientes de perro para hacer Kupe’e Niho ‘Ilio…”
-“Los traigo en esa mula.”
-“… Y mil doscientos cincuenta dólares de los de aquél entonces.”
-“¿Vale si le firmo un talón?”
-“Fírmame mejor la planta. En el talón se borra antes.”
-“¿Es todo?”
-“Sí… Ah, no, qué cabeza la mía… Se me olvidaba un detalle... También has de traerme tres bebés recién nacidos y sacrificarlos a Pele”
-“Ah… Bueno, pues vuelvo en un momento…”

Joe bajó al pueblo más cercano, vio 3 bebés que dormían junto a la tapia de un convento y los agarró antes de que los perros pudieran reaccionar y reclamar su propiedad.
Seis horas después estaba de vuelta ante la cueva de Lena.

-“Aquí están los bebés…”
-“Sube y arrójalos al cráter del volcán…”
-“¿No se les puede arrojar desde aquí? Yo creo que llego... Son las 2… hace mucho calor…”
-“Por lo visto aquí hay alguien que no quiere saber cantar… y no miro a nadie...”
-“Está bien, está bien...”


Keawe subió, tiró los bebés al cráter y volvió. Se sentía algo mal, pero no sabía por qué. Poco después pensó que quizás tuviera algo que ver con los bebés. Días después se atrevió a preguntarle a Lena:
-“Maestra mía, ¿Era… era necesario… lo de los niños?”
-“¿Sacrificarlos dices? Bueno… No, realmente no es estrictamente necesario… pero siempre es más divertido. Además ayuda a separar el grano de la paja.”
-“¿No hay otra forma?”
-“Bueno, elegiste la tarifa reducida, zagal. Ahora no te quejes.”


Cinco años después, Joe conocía los secretos del canto y pudo volver a la civilización.
Pero por aquella misma época llegó a la escuela de Lena Machado otro aprendiz: John Piilani Watkins. Watkins eligió la tarifa estándar. Lena le hizo desnudarse, tumbarse al sol y cerrar los ojos. Así había estado Watkins durante dos horas cuando recibió una increíble pedrada volcánica de mano de Lena en cierta parte del cuerpo —las fuentes de la leyenda se contradicen, una menciona “el píloro”, otra “el esternón” (en hawaiiano son palabras similares) y la última un “lugar inefable y abominable”—. Como fuere, el caso es que Watkins nunca volvió a cantar sin su distinguible falsete. Para nuestra fortuna.
En esa época nació la rivalidad entre ambos cantantes. Ahora pueden juzgar ustedes...

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Escuchen a Lena Machado en un disco maravilloso:


http://rapidshare.com/files/397663392/Lena_Machado_-_Hawaiian_Song_Bird.rar.html


Fuente:
http://toroyloco.blogspot.com/2010/06/na-lei-o-hawaii.html